Carlos (OT2025): «Tengo un poco de respeto a las redes sociales»

Carlos (OT2025): «Tengo un poco de respeto a las redes sociales»

17 de octubre de 2025 Desactivado Por María Cesena

Carlos ha sido el tercer expulsado de Operación Triunfo 2025. Después de tres semanas en la Academia, el mallorquín se ha despedido con una versión de Que te quería, de La Quinta Estación, poniendo fin a una trayectoria breve pero muy intensa. Con actuaciones como Bye Bye Bye, Carlos ha demostrado versatilidad más allá de su estilo habitual más emotivo y comedido.

A las pocas horas de dejar el escenario, Carlos atendía a los medios y reflexionaba sobre todo lo vivido dentro del concurso. Una experiencia que, más allá de la música, también evidencia de nuevo hasta qué punto las redes sociales se han convertido en una figura más en el programa. Si en la edición de 2023 ya jugaron un papel determinante en la percepción del público, esta no se queda atrás.

Afrontar el contacto con las redes sociales desde la naturalidad

La plataforma X (Twitter) y TikTok se han consolidado como los dos espacios en los que se construye —y se deforma— el relato del programa. En X, los fans diseccionan cada gesto, cada conversación o mirada, mientras que en TikTok fragmentos , algunos descontextualizados, de su vida cotidiana se viralizan en cuestión de horas. Esta sobreexposición digital genera, inevitablemente, una presión añadida para los concursantes, conscientes de que cualquier acción puede tener una lectura fuera de contexto.

Carlos reconocía que todavía no ha tenido tiempo -ni tampoco especial interés- por entrar en redes y reflexionar sobre su uso ahora que está fuera. De hecho, confiesa que nunca ha tenido Twitter y que las redes le dan «un poco de respeto». Prefiere mantenerse en entornos más positivos, como Instagram, y afrontar el contacto con el público «con naturalidad y serenidad». Cree que la clave está en saber filtrar y quedarse «solo con lo positivo una actitud madura en medio de un entorno a menudo polarizado.

Sobre la polémica con las mesas del comedor: «Surgió de forma natural»

Otro de los temas que más debate ha generado en las redes en las últimas semanas ha sido la distribución de las mesas del comedor dentro de la Academia. Pasar de una mesa con un grupo de 4 establecido -Carlos, Judit, Cristina y Laura- y todos los demás en otra a, de repente, un día intentar mezclarse, pero tampoco de manera fluida. Una situación que se ha magnificado en redes, y que se ha leído como un acto poco “natural”.

Carlos, sin embargo, lo ve de una forma mucho más simple. En un contexto en el que todo se mira con lupa y donde la percepción del público puede acabar condicionando ciertas actitudes, Carlos asegura que, al menos en su caso, no había ninguna estrategia ni voluntad de cuidar la imagen de puertas hacia fuera. Explica que esta dinámica «surgió de forma natural», fruto de las afinidades del día a día. «Con mis tres mosqueperras no fue una decisión consciente de sentarnos siempre juntos», dice, añadiendo que entre los compañeros sí hablaron de ir cambiando para evitar rutinas, pero sin ningún tipo de tensión ni pretensión de cara a como se pudiera ver desde fuera. «No había mal rollo», afirma.

Con esta explicación, el mallorquín relativiza un debate que se ha amplificado desde fuera –incluso llegando a la directiva con la posterior charla de Noemí sobre no estar tan pendientes de las cámaras y que ejemplifica muy bien cómo la mirada del público puede transformar pequeñas dinámicas cotidianas en foco de polémica.

Estar dentro de OT hoy implica muchas más cosas que se alejan de lo más puro de la música y Carlos es consciente. El programa es, evidentemente, un lugar privilegiado para el aprendizaje musical y un escaparate enorme, pero también se trata de convivir con la mirada constante de miles de espectadores. Carlos parece haberlo entendido así; asumir las redes como parte del proceso, pero sin dejar que definan su manera de vivir la experiencia ni le hagan perder la naturalidad ahora fuera de la Academia.