La nostalgia de la niñez a la vida adulta: Amaia presenta «Si abro los ojos no es real»
31 de enero de 2025Amaia lanza Si abro los ojos no es real, un disco que llega tres años después de Cuando No Sé Quién Soy, su anterior álbum. La pamplonica presenta una obra nostálgica que cuenta con 12 canciones y un nuevo videoclip de la canción M.A.P.S.
Una vez más, Amaia regala un proyecto íntimo y muy real, fiel a sí misma y a su carrera. Si abro los ojos no es real es el reflejo de la capacidad y el talento de Amaia, un proyecto que la consolida como una de las artistas más interesantes y talentosas de la industria musical española.
«Si abro los ojos no es real»: un viaje hacia la madurez
Este nuevo disco abraza y relata todo lo que supone hacerse mayor. En un mundo inmediato y definido por las apariencias, Amaia es esa pausa que a veces hace falta en el mundo de la música. Si abro los ojos no es real, sobrepasa las fronteras de los géneros musicales con influencias del folklore o toques electrónicos. Amaia, con la ayuda de un equipo con grandes nombres, Jimena Amarillo, Ralphie Choo o Drummie entre ellos, crea un mundo propio, artístico y muy visual.
“Voy a cruzar un puente largo” son las primeras palabras del álbum, que dan a entender el inicio de un viaje. Visión es la canción que abre el proyecto, la encargada de demostrar la importancia de escuchar un disco por orden, y de principio a fin. Este tema supone abandonar la infancia, un paso que Amaia considera complicado; “cuando creces dejas de ser tan alegre, como cuando eras niño”, comenta la artista en una entrevista en Cadena SER.
Esa niña que aún conserva Amaia en su interior sale a relucir en las siguientes canciones, los dos primeros sencillos del álbum, Tocotó y Nanai. Ambas son un homenaje nostálgico a su niñez y a todo lo que la rodeó en sus primeros años de vida, como la música de Marisol, a quién precisamente honra en Tocotó.
M.A.P.S y Auxiliar: un diálogo con su madre
Las siguen M.A.P.S y Auxiliar, dos temas conectados por la relación con su madre. En la primera de las canciones se nos presenta una Amaia ya adulta, independizada, que en cierta manera reclama un poco a su madre, intimidad y no tanto control. “Date cuenta, mamá, que no vas a cambiarme, sabes que ya tengo una edad, no lo hago tan mal”, dice la canción.
Pero Amaia, siempre atenta a las perspectivas, es consciente de la dificultad de las relaciones entre madre e hija, y en Auxiliar nos habla desde la voz de Ángela, su madre. “Aquí espero para cuidarte, mi amor, y tú no me escribes ni tampoco llamas” son algunas de las frases del tema y que muestran este diálogo entre madre e hija como uno de los momentos más íntimos del disco. Y el valor de la letra tan personal y real también es gracias a Judeline, quien ha participado en la composición de Auxiliar junto a Amaia.
La vida adulta y la pérdida
Y es en Magia en Benidorm y Tengo un pensamiento, el sencillo que presentó en La Revuelta, donde la artista finalmente da paso a la vida adulta. Los miedos, las responsabilidades, las relaciones y la fama son los tópicos que muestra Amaia en dos canciones que sirven para entender qué significa crecer para la artista. C’est la vie o Giratutto, siguen con esta temática, con toques cómicos “muy Amaia”.
La artista tampoco quiere dejar atrás los momentos más duros que implican hacerse mayor: la pérdida. Despedida y Fantasma son dos canciones dedicadas al fallecimiento de su abuela, el duelo de perder a un familiar cercano por primera vez en la vida. “Tú siempre tan contenta, quererte fue una fiesta”, dice la canción.
Y entonces Ya está. Amaia ya ha cruzado el puente, y al otro lado se encuentra con un niño que también tiene miedos. A él, sin embargo, lo viene a buscar su madre y ella se queda sola. La artista reflexiona sobre la vida y la muerte y culmina un proyecto redondo, cargado de nostalgia y verdad.
“No busques Amaia en internet”, dice la canción de M.A.P.S, pero es que si lo haces solo encuentras pruebas del impacto de un disco que en tan solo un día ya ha tenido una repercusión gigante. Amaia es un fenómeno diferente al de cualquier artista. La pamplonica forma parte de una categoría distinta, accesible solo para aquellos músicos ajenos al ruido de una industria apresurada y estereotipada.