Rosalía brilla con «LUX», un proyecto que trasciende fronteras 

«Mi cuerpo ya no es cuerpo, solo hay luz», declaró emocionada Samantha Hudson a la salida de la presentación del nuevo disco de Rosalía en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC). Y no era una frase cualquiera, porque en esta nueva propuesta, más que un álbum, Rosalía presenta una inmersión total, una experiencia que eleva y trasciende. Como resumió también la cantante y compositora Amaia: “Hay que digerirlo esto… Ha nacido algo histórico que se va a recordar siempre”.

Ayer, Rosalía reveló –en un entorno cargado de simbología en el MNAC– su cuarto trabajo discográfico, LUX, un proyecto ambicioso y grandilocuente con 18 canciones en total (15 de ellas disponibles en la versión digital, y 3 exclusivas en el formato físico). La versión de las plataformas tiene una duración de 50 minutos y la estructura del disco está dividida en cuatro partes, un claro guiño hacia la ópera y la música de gran formato. En cada segundo, LUX habla de la fe, de la vida, de la muerte, del corazón roto y de la identidad. Es una exploración profunda de la existencia, un álbum en el que el artista no se esconde y se despliega con todas sus capas.

De Palermo a Patti Smith: las referencias en «LUX»

Durante casi tres años, la artista se dedicó a escribir las letras, definir la instrumentación, nutrirse de referentes clásicos y buscar voces femeninas que la inspiraron -como la santa siciliana Rosalía de Palermo, la poetisa taoísta china Sun Bu’er, la figura bíblica de Miriam (hermana de Moisés) i la icónica Patti Smith-. Todas, de una manera u otra aparecen en el álbum, creando un universo musical que te atrapa.

En la entrevista que concedió a Ràdio Noia con la periodista Mar Vallverdú, Rosalía confesó: «Todo se entiende mejor en perspectiva; la gente quiere entenderlo todo al momento». Y precisamente este disco reclama tiempo. No es un consumo inmediato, ni canciones aisladas, se trata de una obra que pide reflexión y atención.  El single Berghain –ya solo loable– se revela ahora como la puerta de entrada a un universo más amplio, una dimensión donde el cuidado de los detalles y la producción marcan la diferencia. Las influencias clásicas están presentes, pero está también el pop, la electrónica, la voz rota, el órgano musical… Todo se resiste a ser etiquetado.

Canciones de desamor y fe

Una de las canciones quizás más comentadas es la que aborda su relación pasada (con Rauw Alejandro), La Perla, donde Rosalía junto a Yahritza Y Su Esencia cantan letras como estas: “La decepción local, rompecorazones nacional, un terrorista emocional, el mayor desastre mundial”. Pero quedarse con un único tema sería cometer una injusticia ante un álbum que se entiende como conjunto.

LUX se abre con Sexo, Violencia y Llantas una declaración de intenciones poética, que marca el tono de un disco que transita entre lo terrenal y lo sagrado. Rosalía habla de deseo, culpa y redención con una sinceridad cruda, casi bíblica. Divinize, en inglés y catalán, es un tema íntimo donde la artista se desquita del ego para hablar de una fe que no es religiosa, sino que nace dentro de ella. En cambio, Mio Cristo Piange Diamanti, toda cantada en italiano, combina dramaturgia y vulnerabilidad con influencias operísticas. 

Colaboraciones con Estrella Morente o Björk

Memoria, con Carminho, es un tema especial y reflexivo con dos voces que comparten la misma nostalgia. Entre el fado y la guitarra catalana las artistas hacen referencia a lo que se desvanece pero no desaparece. Y a su alrededor, todas las otras canciones forman un universo coral; desde Björk y Yves Tumor en Berghain hasta Estrella Morente y Silvia Pérez Cruz llevando el flamenco a lo espiritual en La Rumba del Perdón o la Escolanía de Montserrat poniendo el contrapunto más polémico y celestial a la vez en Magnolias, el cierre. 

Previamente, la possible campaña de marketing del disco generó especulaciones, con filtraciones, canciones que llegaron a manos de fans y rumores de una posible campaña estratégica. Todo ello le ha dado a este lanzamiento un aire de misterio y ha activado a la comunidad digital en un preludio que parece parte de la propia obra.

Rosalía, una artista que no pide permiso

Al final, LUX se presenta como un manifiesto. Rosalía hace exactamente lo que quiere, sin pedir permiso. Algunos basan su crítica del disco en la pretenciosidad o por presentarse como una artista aparentemente distante, pero no hay nada más alejado de la realidad. La obra no solo es para escucharla, sino para vivirla, para tocarla, para dejarte llevar. Y ese acto por parte de la cantante, el de compartir su búsqueda —de lo que significa vivir y no vivir— es, tal vez, el acto más puro de amor que cualquiera puede hacer. Con LUX, Rosalía te invita a entrar y a descubrirte, a buscar tu propia luz.