«Sueños de libertad»: ¿Qué está pasando con Mafin?🧁| ComentRAW XXII
29 de noviembre de 2024Bienvenidas mis queridas Mafin a un nuevo ResuMafin. Tenemos muchas cosas de las qué hablar y ponernos al día, así que no dilatemos más esta introducción y vayamos al lío
Desde la última vez que nos leímos, hemos tenido que despedir a Isidro, un padre y suegro de millones que nos dejó momentos conmovedores y preciosos que siempre quedarán grabados en nuestros corazones. Pero como si su despedida no fuera lo suficientemente dura, Isidro nos ha dejado en el inicio de una curva que promete ser la más fuerte hasta ahora.
Y esa curva tiene nombre: Santiago
Capítulo 191: Arrancamos el capítulo con Fina siendo la más lesbiana de todas contándole a Carmen que un cliente ha querido probar todas las fragancias y la tienda ha quedado oliendo a hombre. Por supuesto, nuestra lesbiana de confianza lo cuenta con una cara de asco que nos representa perfectamente.
Fina Valero, reina del lesbianismo y de la comedia.
Nuestra chica entonces le confiesa a Carmen que Marta le ha contado la verdad acerca de Tasio y su verdadero padre. Carmen le pide disculpas por no haberle contado el secreto antes, pero Fina entiende que es un tema de marido y que su amiga no tenía por qué darle explicaciones. La encargada le pregunta a Fina por cómo se ha tomado su chica ser hermano de Tasio, y Fina le explica que Marta no está sabiendo gestionar la noticia y necesita algo de tiempo.
Mientras están hablando de lo duro que tiene que ser para Tasio el hecho de ser un hijo no reconocido de Damián De la Reina, Claudia entra en la tienda sorprendiendo a las chicas, quienes tratan de cambiar el tema para que Claudia no se entere de lo que están hablando realmente. Sin embargo, aunque Carmen la envía a comprobar unos pedidos de la tienda, Claudia se da cuenta de que sus amigas le están ocultando algo.
En el despacho de dirección vemos a Marta mirar unos documentos cuando Tasio entra en busca de Joaquín, la conversación parece terminar cuando Tasio se fija en que su jefe no está en el lugar, pero Tasio tiene otros planes, y aunque Carmen le ha pedido que les dé tiempo a sus hermanos a hacerse con la idea, al chico le gana la impaciencia y se acerca a Marta de nuevo para tratar de entablar una conversación acerca de su parentesco. La rubia se tensa de inmediato cuando ve que Tasio saca el tema. Marta toma una actitud a la defensiva y saca a relucir todas las dudas que tiene acerca del que hasta ahora, solo era un empleado más de la fábrica, uno con el que siempre ha tenido problemas y del que no se fía ni un poco. Incluso lo acusa de escalar en la empresa sólo por ser hijo de Damián.
Volvemos a la tienda y Fina decide contarle a Carmen del momento tan incómodo que ha pasado con el nuevo comercial, Santiago, quien al parecer ha confundido la amistad que Fina le ha brindado con un interés romántico, y ahora el chico no para de invitarla a salir y Fina no sabe cómo ponerle un parado sin hacerle daño. Carmen le da el mejor consejo y le dice que le sea sincera para que el hombre no se haga ilusiones.
Retomamos la charla en el despacho y Marta le dice a Tasio que todavía no sabe qué pensar, el marido de Carmen le asegura que el no quiere nada del dinero de Don Damián y que su intención no es reclamar su parte de la herencia.
Marta: Me gustaría fiarme de ti, pero es que no puedo. Tampoco me has dado muchos motivos. Por lo menos has estado un par de veces en el calabozo. Te metes en cualquier pelea, y tus compañías son lo peor de lo peor. Por lo menos hasta que tuviste la suerte de encontrarte con Carmen.
Y no le falta razón a la directora
Entonces Marta le pregunta por el niño que está esperando Claudia y que es sabido que es su hijo. Tasio le asegura que a ese bebé no le faltará de nada, pero la rubia no se fía ni un poco de la palabra de su nuevo hermano, porque ante sus ojos siempre ha sido un irresponsable. Marta cree que todo lo que le pase a ese niño también será una preocupación para ella, ahora que sabe que son familia, pero Tasio no parece tomarse aquello como una preocupación genuina y lo hace más como un ataque.
Tasio: Mire, doña Marta, yo con esta conversación tampoco pretendía que me invitasen a la cena de navidad ni a desayunar mañana por la mañana, pero al menos que la charla fuera un poquito más cordial, no sé.
Marta: Las cosas no son tan simples como las planteas, Tasio. Uno no puede fabricar una relación que nunca ha existido así, sin más.
Tasio: Pues me vuelvo al trabajo, doña Marta, no vaya a ser que se piense usted que el puesto me lo han regalado.
Un poco sí que se lo han regalado…
Más tarde en la tienda, Santiago llega a buscar a Fina con la idea de ir al cine, mira el diario mirando la cartelera y preguntándole a Fina cuál le apetece ver, pero Fina tiene muy claro que no quiere salir con el chico y se dispone a dejárselo claro de la mejor manera posible.
Fina: Tú eres un chico muy amable y muy simpático, pero si yo aceptara esta invitación te estaría engañando.
Santiago: Creo que no te entiendo.
Fina: Pues que últimamente hemos congeniado mejor y hemos compartido cosas muy personales.
Santiago: Me has ayudado mucho en todos los sentidos.
Fina: Y yo creo que todo esto nos ha acercado más y ha hecho que nos podamos convertir en nuevos amigos. Pero para mí es eso, solo amigos. Y siento si te he dado a entender otra cosa, no ha sido mi intención.
Santiago: Creía que yo te gustaba tanto como tú a mí.
Fina: Siento ser tan franca, Santiago, pero es que no quiero que se confunda nada, y tampoco quiero que esto afecte a nuestra relación laboral. El comercial parece entenderlo y se marcha con una cara de pena que hasta da lástima.
Pero nunca hay que fiarse de un hombre con bigote, chicas
Capítulo 192: Fina entra en el despacho de dirección mientras Marta ojea unos documentos en la mesa de reuniones, pide permiso para pasar y Marta le responde con una sonrisa viendo cómo su chica se acerca a ella y la abraza por detrás. La morena le pregunta cómo va con lo de Tasio, y Marta le responde que todavía se esta haciendo la idea, para luego preguntarle cómo está ella. Fina está un poco inquieta y la rubia lo nota enseguida preguntándole si le pasa algo.
Fina: No pasa nada, es una tontería, pero me da un no sé qué. Que me ha salido un pretendiente.
Marta se ríe antes de cruzarse de brazos.
Marta: ¿Estás de broma?
Fina: Oye. ¿tan raro te parece?
Marta: No. Lo raro es que no te salgan más admiradores allí por donde vas.
La directora se interesa por saber quién es el pobrecito que se ha hecho ilusiones con su mujer, y cuando escucha el nombre de Santiago no le extraña en lo absoluto, recordando cómo miraba a Fina frente a ella. Fina entonces le cuenta todos los hechos, desde que el chico le ha regalado unas flores manchegas, hasta la invitación a cenar a su casa, detalle que no pasa desapercibido para la rubia y con el cual empieza a notarse más seria; pero Marta sabe con seguridad que Fina ha rechazado cualquier invitación y pide que adelante la historia hasta ese momento.
Fina: Que sí, se lo he dejado todo muy claro, y yo creo que el chico lo ha entendido, pero pobrecito se quedó con una cara de pena que me dio apuro.
Marta: Chica, la vida es así. Ha errado el tiro.
Marta De La Reina mood: ¿pena por un hombre que se ha fijado en mi mujer? Jamás
Fina: Sí que ha errado el tiro sí. Pero es un buen hombre, a mi me ha ayudado mucho a sobrellevar la muerte de mi padre.
Lo de buen hombre yo tendría mis reservas, no vaya a ser un psicópata acosador…
Alerta de spoiler: es un psicópata acosador.
Marta: Lo que no te voy a perdonar es una cosa.
Fina: ¿Qué?
Marta: Que no me hayas dejado ni una de esas flores manchegas.
Fina: He guardado las dos últimas haciendo un grandísimo sacrificio para ti, lista.
Marta: ¿Y has podido resistirte? No me lo creo.
Fina: He podido resistirme. Porque yo pienso en ti y en todas las cosas buenas que podemos compartir.
Marta: Pues ese gran sacrificio merece su recompensa. Te llevo al cine a ver una de Doris Day antes de irnos a casa.
Porque si alguien lleva a su mujer al cine, va a ser ella y no un enano bigotón, claro que sí
Fina: O mejor nos vamos a casa y luego ya si eso nos pensamos lo del cine.
Fina Valero tiene una pasión y es comer. Ya sea comida o a su mujer
De vuelta en la tienda, Fina y Carmen comentan la situación entre Marta y Tasio, y ambas entienden que las circunstancias son difíciles para ellas, ya que no quieren quedar en el medio. Sin embargo, dentro de tanto caos e interrogantes, Fina cae en cuenta de algo.
Fina: Carmen, eso quiere decir que tú y yo somos cuñadas.
Pero a Carmen no le da tiempo a responder porque Claudia irrumpe en la tienda y exige que le cuenten de una buena vez que secreto se traen, así que a las chicas no les queda de otra que contarle que el hijo que está esperando también es un De La Reina.
Al final del capítulo Santiago regresa a la tienda para buscar a Fina, completamente seguro de que ella solo lo ha rechazado porque Fina tiene miedo a sufrir. Le pide de nuevo, pero de manera más desesperada y violenta, que salga con él, alegando de que no tendrá que preocuparse por trabajar si está con un hombre como él. Y aquí Fina dice una de las frases más icónicas e importantes del personaje hasta ahora.
Para empezar yo no voy a dejar que nadie me mantenga. Y luego, si trabajo, trabajaré hasta que me jubile. Porque el trabajo es lo único que hace libre a una mujer
Todas de pie para aplaudir a Serafina Valero
A Santiago parece hacerle gracia el comentario de Fina y se burla de ella diciendo que es una tontería. Y como sigue sin aceptar un no por respuesta, le empieza a exigir que le diga si está con alguien más, asegurándole que lo ha engañado dándole falsas esperanzas y haciéndole creer que hay algo entre ellos. Fina empieza a ponerse nerviosa, pero logra mantener la calma y consigue que se marche de la tienda.
Capítulo 193: Marta se pasa por la tienda y se encuentra con Carmen, la que con el temple que tiene siempre está dispuesta a hablar con su jefa acerca de su marido, ya que Tasio le ha contado la conversación que han tenido y Carmen no se ha quedado nada contenta.
Como era de esperarse, porque Carmen moriría defendiendo a las personas que quiere, la chica se pasa la cadena de mando por donde ya sabemos y no tiene reparos en decirle a Marta que ha sido muy dura con Tasio. Le deja claro que el que más ha sufrido con la situación es su marido, y, aunque Marta mantiene que Damián ha tenido un trato de favor con él, Carmen continúa diciéndole que Tasio no quiere que le regalen nada, que su marido solo pretender ganarse el cariño de sus hermanos de sangre. Con ese argumento Carmen parece haber tocado la fibra dentro de Marta, pues en ese momento Marta baja la guardia y piensa menos en ella y más en Tasio.
Marta: Siento si fui muy dura con él, era una situación muy incómoda. No pretendía hacerle daño a… a mi hermano.
Después del intercambio de palabras con Carmen, la rubia decide llamar a Tasio a su despacho para pedirles disculpas por haber sido tan dura con él, el chico acepta las palabras de su hermana y se ilusiona con poder acercarse más a ella, pero Marta le pide un poco de paciencia y tiempo. A pesar de negarle un abrazo, Marta extiende su mano para sellar aquel pacto en el que le promete que empezarán de cero y ella tratará de dejar sus prejuicios a un lado. Tasio se marcha del despacho agradeciéndole y Marta no puede evitar dejar escapar algo parecido a una sonrisa, lo que demuestra que en el fondo aquella nueva conexión no le parece tan horrible después de todo.
Llega la noche y Fina se encuentra en la tienda ultimando los detalles finales antes de terminar la jornada, cuando un Santiago borracho y fuera de control irrumpe en el local. Nuestra chica se encuentra sola y enseguida le pide que se vaya, pero el comercial hace oídos sordos y empieza a acercarse más a Fina, con tanta violencia en su voz y sus gestos que a la morena no le queda de otra más que pegarse a la pared con tal de tratar de alejarse de él. Sin embargo, aquello no es suficiente para que su acosador la deje en paz, e ignorando las súplicas de Fina, trata de besarla mientras ella trata con todas sus fuerzas de quitárselo de encima. El esfuerzo de Fina es en vano, pero cuando Santiago pierde los estribos y le levanta la mano a Fina, aparece Carmen como salvadora y logra que de la sorpresa, el tipejo suelte a Fina.
Carmen echa a Santiago y, aunque este pone resistencia, decide obedecerle cuando lo amenazan de llamar a la guardia. Fina con el terror en el cuerpo, trata de buscar el aire que le ha quitado el susto tan terrible que se acaba de llevar, mientras que Carmen intenta calmarla y decirle que hablarán con doña Marta para que tome cartas en el asunto.
Fina: Es que si no llegas a entrar yo no sé qué hubiera pasado
¿Puede Jesús hacernos un favor y usar su escopeta en contra de Santiago? Por favor y gracias
Capítulo 194: Marta entra al despacho de dirección y con una sonrisa se da cuenta de que su chica la está esperando. Pero la cara de alegría se le borra de inmediato cuando nota que Fina está muy seria.
De la felicidad pasa a la más profunda preocupación y enfado cuando Fina le cuenta lo que ha pasado. Marta no se puede creer que el amor de su vida haya tenido que pasar por esa situación tan dura y espantosa, y si algo tiene claro es que hará todo lo que esté en su mano para que Fina no tenga que volver a ver a su acosador nunca más.
Marta: No voy a dejar que nada malo te pase.
Fina: Pero él sigue trabajando en el almacén y me lo voy a encontrar tarde o temprano. Si no es hoy será mañana.
Marta: Te aseguro que no tendrás que volver a verle.
La promesa va cargada del deseo de Marta de proteger a Fina a toda costa, así que la abraza y trata de darle un poco de calma, una calma que ni ella misma puede sentir.
Calma no es precisamente lo que tendremos de aquí en adelante, así que abróchense los cinturones…
Santiago llega al despacho de dirección luego de recibir el llamado por parte de Marta, quien sin perder tiempo lo encara preguntándole que cómo es posible que tenga tan poca vergüenza y que quién se cree que es para arrinconar y propasarse con una compañera de trabajo. De manera descarada Santiago responde que Fina sabía que el iba un poco tomado y que por eso se atrevió a tontear con ella, Marta se tensa aún más y le advierte que la cantina no es un lugar para ir a emborracharse, pero Santiago se defiende diciéndole que no iba tan borracho, dato que la directora usa para tener más razón todavía. El acoso fue totalmente consciente y premeditado.
Marta: No sé cómo serían las cosas en tus anteriores trabajos, pero aquí en esta fabrica se respeta a las mujeres.
Santiago: Me ha quedado claro, no volverá a ocurrir.
Marta: Desde luego que no va a volver a ocurrir. Estás despedido. Muévete, te quiero fuera de esta fabrica cuanto antes, al salir te entregarán tu carta de despido.
El acosador insiste en que ha sido un malentendido con Fina y que lo deje solucionarlo, pero Marta no tiene intención de que eso pase. Santiago le vuelve a insistir diciendo que tiene cosas en su taquilla que necesita buscar, ya con una actitud menos agradable que antes, y entonces Marta se levanta de su escritorio para exigirle que salga de ahí inmediatamente, que ya le enviarán sus pertenencias a la dirección que él les indique.
Santiago: De aquí no me voy a mover.
Marta: ¿Qué estás haciendo?
Santiago: Quiero hablar con su padre o con su hermano, ellos al menos me escucharán. Está visto que con usted no me entiendo.
Marta: Esta empresa la dirijo yo, y no me hace falta ningún hombre para ponerte de patitas en la calle.
El comercial se va, no sin antes decirle a Marta que esto es lo que pasa cuando una mujer está a cargo, ya que le parece una exageración su despido por solo un beso robado, y que le recomienda que le diga a sus empleadas que no le den falsas esperanzas a los hombres porque luego pasa lo que pasa. Marta suelta un ¡Fuera! antes de perderlo de vista.
Pero por supuesto que Santiago no iba a obedecer a Marta y se va directo a la tienda donde nuevamente, Fina se encuentra sola. El hombre empieza a reclamarle que se haya ido a quejar con la jefa y de un momento a otro comienza a preguntarle de nuevo con quién está ella, aún pensando que es el único motivo por el cual Fina no quiere estar con él.
La persigue hasta el almacén y Fina empieza a gritar ayuda a Carmen y Claudia, pero ninguna se encuentra cerca para socorrerla. Santiago se le viene encima diciéndole que es una mentirosa y que debería darle vergüenza dejar a un hombre en la calle, pero cuando la toma del brazo amenazándola, Fina se defiende dándole una merecida patada en la entrepierna y corriendo en busca de unas tijeras que le sirvan para defenderse. En cuanto ve las tijeras, el comercial se va corriendo del almacén. Fina entonces busca el teléfono y llama a Marta para contarle lo que ha pasado, la rubia preocupada le responde que ha tenido que ir a casa a cambiarse, pero que la espera en un parque en unos minutos.
Lo que Fina no sabía es que desde el lado de la tienda Santiago escuchaba la conversación y la seguiría hasta ese lugar.
Capítulo 195: Como habían planeado en el capítulo anterior, Fina se encuentra con Marta en el parque que quedaron. La rubia se preocupa enseguida y Fina le aclara que está bien, pero ha pasado un susto muy grande. Marta trata de convencerle de que lo mejor es poner la denuncia, pero Fina está segura que nadie le va a prestar atención y que no le apetece exponerse ante la guardia civil; sin embargo, Marta consigue convencerla y planean ir a poner la denuncia juntas después de cerrar la tienda.
Marta mira a los lados antes de darse un beso a Fina, sin sospechar que desde unos metras a sus espaldas, Santiago vigilaba a Fina llegando a la conclusión de que está con una mujer.
¿Mafin is the new black? Estamos a punto de descubrirlo
A la hora del cierre en la tienda, Carmen les está contando a Claudia y Fina que piensa sacarse el carnet de conducir, sus amigas se alegran por ella, a diferencia de Tasio que le ha puesto pegas con el tema, pero Carmen no va a cambiar de opinión porque su marido no esté de acuerdo con ella.
Marta entra en la tienda y les pregunta que de que hablan, y al igual que las dependientas, le alegra que Carmen haya tomado la decisión de sacarse el carnet de conducir. Claudia le pregunta si ella sabe conducir y la rubia entonces les cuenta que aprendió hace muchos años de jovencita, y nos da la información de que Isidro fue quien le enseñó a hacerlo. Fina recuerda a su padre con cariño y le dice a Carmen que si estuviera vivo su padre la ayudaría con algunas clases seguro.
El momento tan lleno de anhelos y sueños se ve interrumpido cuando varios guardias entran a la tienda anunciando que buscan a Serafina Valero. Marta no entiende lo que está pasando y tampoco le da tiempo cuando uno de los guardias dice que tienen una orden de detención para Fina, ya que se le acusa de invertida. El caos empieza a sacudir a las cuatro mujeres, una viendo como es esposada y sacada a la fuerza de la tienda mientras pide ayuda desconsoladamente, otra porque ve como se llevan al amor de su vida, y las otras dos sin saber qué hacer para ayudar.
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La tan temida cárcel tenía que llegar en algún momento, creo que todas éramos conscientes de eso. Era un peligro que hemos estado esquivando con algo de suerte, pero ha llegado el momento de enfrentarlo y no lo vamos a tener nada fácil.
Históricamente siempre han solido meternos un hombre en medio de una trama lésbica, muchas veces nos han mostrado un triangulo amoroso que casi siempre carecía de sentido alguno, solo con el fin de crear drama. Pero los guionistas de Sueños de Libertad nunca decepcionan y si había que crear drama con un hombre de por medio, tenía que ser de esta manera, no hay más.
Nada de confusiones por parte de una Fina que desde chica ha sabido que es lesbiana y se ha aceptado con valentía. Nada de dudas de su sexualidad y su forma de amar. Aquí no hay incoherencias en los personajes que tan bien construidos han sido desde el inicio, y me parece maravilloso que Fina haya permanecido fiel a su esencia y lo que es.
La historia que está viviendo Fina es la de muchas mujeres no solo en el 58, sino de muchas que siguen teniendo que soportar que un hombre no acepte un no por respuesta. Es la realidad de muchas que sufren un acoso incesante, violento y aterrador, y que se saben desprotegidas por la ley. Fina ha tenido la suerte de que la directora de la fabrica fuese una mujer, además de ser la suya, por supuesto; pero si quien estaba al mando era, por ejemplo, Jesús, tendría que seguir soportando a diario el miedo de encontrarse a su acosador.
Pero claro que un despido no iba a ser suficiente para detener a un hombre que se cree con el derecho de arruinarle la vida a una mujer por no ser correspondido. Ahora Marta y Fina se encuentran de frente con su miedo más grande, y no es solo la cárcel, sino las consecuencias que esta puede traer. Ahora les toca agarrarse de la mano a la distancia, pero con la certeza de que no se van a soltar pase lo que pase. Ahora tienen que tirar de esa montaña de amor que han construido con tanta valentía y no desfallecer.
Quizás les toque perder cosas en el camino para liberar a Fina, pero sin duda lo que no les van a poder arrebatar es el orgullo de amarse hasta las últimas consecuencias.
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