III. Ojalá! de Violeta Hódar nos transporta al mundo de «La traviata»
28 de marzo de 2025Las que han seguido la carrera de Violeta Hódar de cerca sabrán que la artista nunca da puntada sin hilo y que le gusta basar su propio arte en las obras más clásicas de la literatura. Una vez más, lo ha conseguido, presentándonos «III. Ojalá!»
III. Ojalá!: Una oda a Giuseppe Verdi
Anteriormente tanto en «el x venir», como en «Libertá» y en «Palmas y desamores» hemos visto cómo Violeta hacía guiños a diferentes composiciones literarias clásicas, cómo puede ser la influencia de Lorca, los escenarios y el simbolismo.
En este caso, ha optado por viajar al clásico italiano de Giuseppe Verdi conocido como «La traviata». Además, mediante su título, de primeras nos marca que va a centrarse principalmente en el tercer acto.
Nuestra artista se convierte en Violetta Valéry, una cortesana parisina que tiene que renunciar a su verdadero amor, Alfredo Germont por conveniencias sociales. En el último acto, en su lecho de muerte, le cuenta a su amante que su último deseo es que le entregue su corazón a otra muchacha en un futuro. Aun así, junto con esas palabras, le regala un retrato suyo para que siempre se acuerde de ella.
Este guiño puede verse reflejado en la siguiente estrofa:
«Dime que me extrañarás
Dime que sí
Dime que me pensarás
Que yo
Seguiré viviendo en ti
Sabes que sí
No me puedes sacar de ti
Que yo
Te dejé los lunares pa’ cuando nos reencontremos«
No solo eso, sino que los lunares hacen referencia a las constelaciones, para que guíen a su persona amada hasta ella cuando llegue el momento.
Tras el simbolismo de III. Ojalá!
Asimismo, el videoclip también muestra claras referencias hacia esta pieza teatral desde los primeros segundos en los que la cantante se encuentra rodeada de personas con una sábana encima. Del mismo modo, al igual que en «Palmas y desamores», juega mucho con los colores y su simbolismo.
Durante medio videoclip, los colores predominantes, incluso el de su vestido, son oscuros, mientras que la otra mitad del videoclip el color predominante es el blanco. Intercalando ambos escenarios, la artista plasma la dicotomía entre el color asociado a la muerte y al luto con el color de la pureza y la paz. Sin embargo, entre ellas, aparece una Violeta vestida de rojo, lo cual puede reflejar la la sensibilidad de la situación y la fragilidad como puente entre la muerte y la paz. Igualmente, también se puede considerar un reflejo de la pasión que está luchando por aflorar de las cenizas.
El simbolismo en el aire
A pesar de que la mayor parte del tiempo se haya basado en «La traviata», también podemos encontrar otras semejanzas en esta pieza.
Entre ellas, la más notoria es posiblemente el momento en el que la artista llora sangre por los ojos. Sabemos que Violeta está muy arraigada a sus raíces, por eso, esta imagen puede recordarnos a la Virgen que lloraba sangre en la Basílica San Juan de Dios de Granada.
Por otro lado, este lamento ensangrentado puede estar asociado con el dolor y el sufrimiento del esfuerzo de poder llegar a donde está hoy. Esto podemos unirlo al hecho de que la estética de Violeta y su entorno parecen estar sufriendo una especie de metamorfosis.
La metamorfosis de Violeta
A pesar de que la granadina se esté tomando su tiempo para ofrecernos su mejor música, cada vez que lanza algo deja a todo el mundo pensativo. No solo cuenta una historia y lanza un mensaje sino que está llena de conocimientos y simbolismo de la literatura y la tradición.
Es notorio que trata de cuidar cada detalle y que nos muestra piezas impecables en las que podríamos estar horas pensando. Así, poco a poco, Violeta está evolucionando y convirtiéndose en una artista única y con un criterio muy propio y personal.