«Sueños de libertad»: ¿Qué está pasando con Mafin? 🧁| ComentRAW XI
5 de agosto de 2024Bienvenida una vez más a tu resumen favorito, el ResuMafin de la semana ya está aquí
Antes de empezar, te dejamos la última edición por aquí ResuMafin X para que te pongas al día con la historia antes de leer este nuevo artículo. Sin más dilación ¡vamos a ello!
Capítulo 115: Nuestras chicas se han ido de concierto juntas y lo han disfrutado muchísimo. Las vemos cogidas del brazo por las calles de Madrid, tarareando la canción que ya decidieron que sería suya, intercambiando sonrisas y miradas cómplices. Fina le comenta a su chica que había otra pareja como ellas en el recital, quienes también como ellas, aprovecharon la oscuridad en las butacas y la magia del teatro para disimular abrazos y algunas caricias.
Marta: Ha sido todo un acierto lo del recital. En ese teatro entre la gente las dos, como si solo fuésemos dos amigas que se rozan la mano o que se abrazan de repente porque les ha dado mucha emoción una canción.
Sumergidas en la emoción y adrenalina del concierto, no se dieron cuenta que Isabel, la nueva secretaria – y nueva curva – se acercaba a ellas. Por suerte, la mujer llamó a Doña Marta antes de llegar hasta a ellas y ambas pudieron fijarse en su presencia antes de decir algo que las pudiera comprometer. Pero por mala suerte para ellas, Isabel también estaba en el concierto y enseguida deja expuesta a Fina mencionando que el regalo por el que le había preguntado era para Marta. Sin embargo, Fina es rápida y le responde que quería tener un detalle con ella por lo bien que se ha portado con su padre, ayudando a que puedan pagar su tratamiento, entonces Marta la ayuda aportando que Fina e Isidro son como de la familia, así que harían cualquier cosa que estuviera en su alcance para ayudarlos.
Pero Isabel parece decidida a recaudar la mayor información posible, así que le pregunta a Marta por su marido, haciendo que se inventara una nueva excusa al instante, diciendo que Jaime no se sentía bien, pero no quería que Fina perdiera unas entradas tan caras. Sin tener nada más que preguntar, Isabel se despide de ellas, dejándolas tensas por el encuentro inesperado.
Fina: ¿Tú crees que habrá visto algo?
Marta: No ha podido ver nada, aunque menuda tensión he pasado.
La rubia se relaja antes de mirar a su novia y hablarle con algo chulería.
Marta: ¿Así que es a ella a quien le preguntaste por el concierto?
Fina: Hombre tú dirás… ¿no decías que era tan culta y que sabia tanto de libros y de música? Pues eso.
Marta: Al final te has salido con la tuya, no podemos arriesgarnos a ir a cenar, así que vamos a tener que pasar al postre.
Fina: Vaya. El postre, no me lo diga dos veces, doña Marta.
Y se fueron a su destino entre más sonrisas sin tener idea del peligro que empezaban a correr.
Ay, Isabel, viniste a bajarnos de la nube cuando más felices estábamos
Capítulo 116: Marta y Fina con su pequeño equipaje en mano, caminan por una plaza de Madrid antes de regresar a Toledo. La rubia nota que su chica está un poco extraña, así que le pregunta si pasa algo, a lo que la morena responde que sigue un poco preocupada por el encuentro del día anterior con Isabel y piensa que quizás desde fuera, la gente puede darse cuenta de que están juntas, ya que aparte del recital, también pasan la noche fuera, pero Marta está segura de que no hay nada de qué preocuparse porque cuentan con la cuartada de que Fina puede quedarse a dormir en la casa grande cada vez que quiera. Sin embargo, aquello no convence del todo a la morena y obliga a Marta a detener sus pasos y hacer que su chica se siente junto a ella en un banco para tratar de calmarla.
Marta: Repite conmigo, todo está bien.
Y aunque Fina se resiste, no hay nada que los ojos azules de su novia no la convenzan de hacer.
Marta: Venga dilo.
Fina: Todo está bien.
Marta: No hay que obsesionarse.
Fina: ¿En serio?
Fina: No hay que obsesionarse.
Marta: Lo has hecho fenomenal, ahora solo te lo tienes que creer.
Fina: Marta, tienes unos ojos tan bonitos, que podría perderme en ellos,
Marta: Si me sigues mirando así voy a hacer una barbaridad en público.
Fina: Nada me gustaría más, pero la vida real nos espera.
Marta: No te equivoques, la vida real es esto, es lo demás lo que sobra.
Marta de la Reina, mi poeta favorita
Más adelante en el capítulo vemos que Marta le está mostrando a Jaime un pañuelo que compró para regalarle a Fina, pero el doctor no tuvo mejor idea que dejar el obsequio mal guardado y a la vista de cualquiera que entrara al despacho.
Y ya sabemos quién está por entrar ¿no?
Isabel le entrega unos papeles a Marta que necesitan su firma y mientras esta busca su pluma, la secretaria usa el tiempo para husmear en el escritorio y detallar el pañuelo. Apenas Isabel le hace mención a este, Marta se da prisa a guardarlo dentro de la caja y decirle que lo ha comprado para ella, dándose un gusto.
A la hora de la comida nuestras tortolitas se escapan a las afueras de la Colonia para pasar un tiempo más juntas, y es ahí cuando Marta decide entregarle el regalo a Fina, quien al abrirlo muestra su mayor cara de sorpresa y emoción, adivinando enseguida de dónde había sacado la idea su chica.
Fina: ¿Es el de…?
Marta: El mismo que llevaba Gloria Lasso en el concierto. Como te gustó tanto, se lo vi puesto en una revista y me fijé en esta figurita que había visto en una tienda de Madrid, así que les llamé y efectivamente, Gloria lo había comprado en esta misma tienda.
Fina: Madre mía.
Marta: ¿Te gusta?
Fina: Claro que me gusta, y más con el trabajo de investigación que has hecho. Es tan suave.
Marta: Esos colores te favorecen, vas a estar preciosa.
Pero la carita de Fina muestra algo lejano a la felicidad de hace unos pocos segundos.
Marta: ¿He dicho algo malo?
Fina: No, no, no. Solo que no me lo voy a poder poner mucho, solo cuando esté contigo.
Marta: Pero si nadie sabe que te lo he regalado yo.
Fina: Ya, pero quien me conoce sabe perfectamente que yo nunca me compraría algo así.
Marta: ¿Por qué?
Fina: Porque es demasiado elegante.
Marta: Fina Valero, nada es demasiado elegante para ti.
Fina no necesita nada más para ahuyentar cualquier duda y decide probarse el pañuelo en ese instante, mientras escucha a la rubia decirle que puede usarlo esa noche si acepta que la invite a Madrid, pero Fina se preocupa porque seria la tercera noche seguida fuera de casa.
Fina: ¿Otra noche fuera?
Marta: Últimamente las noches son lo mejor de mis días.
Fina: Y de los míos.
Marta: Pues te veo luego.
La morena asiente sonriendo.
Marta: Pareces una actriz italiana de cine.
Fina se queda observando a su rubia alejarse de ella y, pletórica, pone el pañuelo sobre su cara dejando que este se deslice por su piel y logrando al final regalarnos un plano hermoso de su rostro con los ojos cerrados y una sonrisa que puede iluminarlo todo.
Capítulo 117: Volvemos a los enfrentamientos entre Jesús y Marta, y es que el mayor de los hermanos de la Reina sigue haciendo y deshaciendo sin tener en cuenta a los otros miembros de la junta directiva, pero esta vez cuenta con el apoyo de Isabel, quien Marta ya empieza a darse cuenta, que no está tan en contra de su hermano como ella pensaba.
Fina por su parte se encuentra en la tienda probándose el pañuelo cuando la secretaria de dirección pasa por ahí y por supuesto, se fija enseguida en el pañuelo, empezando a hacer preguntas sin darle vergüenza quedar como una chismosa, haciendo que Fina termine inventándole que el pañuelo se lo ha regalado Isidro.
Después de que Isabel se marchara, Marta se acerca a la tienda y se encuentra a Fina un tanto inquieta, la morena le termina contando lo que acababa de pasar con la secretaria, y Marta, que piensa que Isabel solo miró la caja en su despacho, pero no el pañuelo, cree que no debe sospechar nada. Además, Isidro tiene la suficiente confianza con ella como para preguntarle dónde comprarle un pañuelo como el de ella.
Marta: No hay de qué preocuparse, ya te lo he dicho esta mañana. ¿En qué hemos quedado? En que cuando estés nerviosa o creas que algo va mal, solo tienes que mirarme a los ojos y recordar que todo va a ir bien. ¿Mejor?
La morena asiente un poco más tranquila.
Marta: Entonces te veo luego.
Fina: Por favor, que me muero de ganas de pasar la noche contigo.
Marta: Ya queda menos.
Fina: Carmen me sustituirá en nada y yo me iré a la habitación, me cambiaré, cogeré el coche de línea y nos vemos en Madrid.
Marta: Y de Madrid al cielo.
La rubia se va dejando a Fina con cara de quien acaba de perder las bragas por completo.
No te culpamos, Fina, nos pasó a todas
Sin embargo, por más que Marta haya querido calmar a Fina, hay algo que a la rubia no le termina de cuadrar con Isabel, y por eso de vuelta a su despacho, se queda observando el escritorio de la secretaria hasta que esta vuelve a su puesto con unas carpetas que termina descubriendo contienen la nomina de los empleados. Isabel explica que solo estaba ordenando esos documentos, pero la de la Reina sabe que hay algo más, así que se despide de ella y sale disparada a encontrarse con Fina en las habitaciones de la colonia. Al marcharse, nos muestran que Isabel tiene en su mano la nómina de Fina, entonces esta la deja sobre el escritorio y de manera cautelosa, sigue a Marta.
En el pasillo de las habitaciones de la colonia, Fina está saliendo de su dormitorio cuando se encuentra con Marta, quien rápidamente y de manera nerviosa, le dice que deben alargar un poco más sus encuentros, además de quitarle el pañuelo del cuello a Fina, quien queda totalmente confundida. Pero Marta no le da ninguna explicación y, finalmente, termina por devolverle el pañuelo a la rubia, diciéndole que solo lo usará cuando ya no sienta miedo. Sin embargo, Marta se da cuenta que quizás no ha tenido las palabras correctas y viendo como su chica empezaba a ponerse muy nerviosa, decide plantarle un beso en el medio del pasillo. Y esto hubiese sido un momento precioso, si no fuera porque Isabel ha estado observando toda la escena escondida detrás de la puerta que da a la entrada del pasillo.
Lo confieso, puse el grito en el cielo
Capítulo 118: Marta tiene un plan para hacer creer a Isabel que el pañuelo que le vio a Fina en la tienda no es el mismo que estaba en su despacho, y lo puso en marcha llegando al día siguiente con el pañuelo en su cuello y preguntándole qué tal le quedaba, a lo que la secretaria respondió que muy elegante, al igual que lo era ella. Y este plan no tendría fisuras si Isabel no las hubiese visto besarse el día antes, pero la rubia ignorando tal información se cree victoriosa y fuera de peligro. Incluso se anima a invitar a Isabel a tomar un café mientras conversan acerca de la empresa, pero esta declina la invitación alegando que no quiere ausentarse del despacho por si algún otro directivo la necesita.
¿Quién en su sano juicio rechazaría una invitación de Marta de la Reina? Pues eso, que a esta mujer hay que tenerle miedo
A Fina la encontramos con Isidro en la cantina, quienes escuchan a Tasio vendiendo unas radios a menor precio, asegurando que son de buena calidad. Cuando su padre se retira, Fina se acerca al marido de Carmen para negociar, queriendo hacerle un regalo a su padre.
Fina: ¿Eran novecientas no?
Tasio: Buen intento, maja, son mil.
Fina: Venga, Tasio. Arréglame un poquito el precio, que tu mujer y yo somos íntimas.
Serafina, mi niña, deja de regatear que ganas una millonada al mes
Capítulo 119: Marta está en una reunión de la junta directiva que ha planificado Jesús para mostrarles un plan para expandir las ventas hacia Estados Unidos. Dicho plan fue creado por nada más y nada menos que Isabel, a la que Marta mira con bastante enfado por haberse metido en algo relacionado a su área sin comentárselo a ella, y peor, hacerlo con Jesús. Aunque si lo que la secretaria buscaba era sacar a Marta de sus cabales, no lo iba a lograr ya que nuestra chica es más inteligente y, por el contrario, felicitó a Isabel por la idea, pero puso sobre la mesa los muchos problemas que podría tener, advirtiendo que es un plan que se tiene que revisar con mucho más detalle y cuidado que el que tuvo la secretaria.
La partida de ajedrez ha empezado y, aunque Isabel parece tener las piezas blancas y haber hecho el primer movimiento, Marta de Reina tiene mucho más que el apellido y estoy segura que, aunque esta partida dure mucho, le acabará haciendo Jaque Mate.
Claramente por el camino nuestra rubia va a perder mucho, pero esta vez mi apuesta es que pase lo que pase, Fina se va a mantener a su lado en todo momento. Marta se ha esforzado toda su vida por escalar en la empresa y que su trabajo sea reconocido, ¿será capaz de dejarlo todo? En mi opinión, si tiene que tomar la decisión entre Fina y la empresa, elegiría a su chica.
Además, si logro acertar esta teoría – nunca he logrado acertar alguna – me alegraría que Marta se aleje de toda la oscuridad y bajeza que se esconde detrás de la construcción de Perfumerías de la Reina. Quizás encuentre un lugar mejor donde pueda empezar un proyecto de cero y así resarcir un poco el daño que ha hecho su padre de alguna manera. Y sí, hablo de ser parte del proyecto del Balneario que los hermanos Merino, primos de Marta, quieren crear. Plan diseñado por el padre de ellos, co-fundador de Perfumerías de la Reina, a quien Damián incitó a quitarse la vida para así quedarse con toda la empresa.
Nos han regalado escenas preciosas llenas de luz, tanto en lo visual como a nivel de guion. Exteriores hermosos donde nos muestran que, a pesar del miedo, ellas están haciendo vida de pareja de la manera que pueden. Nos han subido a una nube y ahora nos van a traer a tierra de golpe, y sin duda la caída será dolorosa, pero ahora al menos, se tendrán la una a la otra en el camino.
Nunca unos ojos azules y miel se amaron con tanta ternura y se desnudaron con tanto deseo a plena luz del día, en una plaza de Madrid.