«Sueños de libertad»: ¿Qué está pasando con Mafin? 🧁 | ComentRAW VI

«Sueños de libertad»: ¿Qué está pasando con Mafin? 🧁 | ComentRAW VI

30 de junio de 2024 0 Por Gabi Melendez

¡Bienvenidas una semana más a los ResuMafin! ¡Vaya semanita llena de emociones la que hemos tenido! ¿Se acerca la reconciliación o nos esperan más curvas?

Aquí les dejamos el (ResuMafin V) para que estén al día antes de leer que pasaron con las curvas de esta semana.

Capítulo 90: Después de la discusión con Jaime por el tratamiento de Isidro, Marta visita a su marido en el dispensario con una intención clara, averiguar de una vez por todas si Jaime busca vengarse de Fina a través de su padre. Después de preguntárselo directamente y sin rodeos, Jaime se ofende al pensar que su esposa piense tal cosa de él, Marta le responde que sabe que no la ha perdonado por lo que vio en la tienda y que está dolido, pero que sería horrible que jugase con la vida de alguien solo por su orgullo herido; esto no hace más que enfadar a Jaime logrando que se posicione frente a ella para hablarle con firmeza y cara a cara.

Jaime: Pero ¿tú que clase de persona crees que soy?

Marta: No lo sé, nunca te había visto así.

Jaime: Es que nunca mi mujer se había acostado con una empleada. Perdona si no soy todo lo abierto que comprensivo que debería.

Marta: Solo asegúrame que estás tomando las mismas decisiones que tomarías si Fina simplemente fuese la hija de Isidro, si nunca hubiese sido mi amante.

Jaime: ¿Te importaría dejar de repetir esa palabra?

Marta: ¿Qué pasa que se te revuelve el estómago? Me gusta llamar a las cosas por su nombre. Especialmente si son sentimientos de los que nadie debería avergonzarse. Por más que te duela.

Jaime: Por supuesto que estoy dolido, Marta. Por supuesto que estoy enfadado. Pero jamás haría nada de lo que estás insinuando. Nunca. En este momento no sé qué me duele más, si que te hayas enamorado de esa chica o que pienses que soy un monstruo capaz de poner en peligro la vida de alguien por despecho.

Marta: Lo sé. Perdóname, tienes razón. Olvídalo.

Jaime: ¿Cómo quieres que lo olvide, Marta? Que lo piense Fina lo entiendo, no me conoce pero ¿tú?

Marta: Preferiría que no hablásemos de ella. Entiéndelo, ella está sufriendo.

Jaime: ¡Hablamos de lo que tú quieras, Marta! Lo importante es que tú estés tranquila, que Fina esté tranquila, que tu padre esté tranquilo. ¡Lo que le pase al marido cornudo a quién le importa!

Marta: ¿Nos vas a delatar?

Jaime: ¿Eso es lo único que te preocupa?

Marta: Hay muchas cosas que me preocupan ahora mismo.

Jaime: ¡Y ninguna de ellas soy yo!

Cuando la discusión se había salido de control Luz aparece en el dispensario tomándolos por sorpresa a ambos, la doctora se da cuenta que llega en el momento menos oportuno y se ofrece a volver después, pero Marta decide marcharse.

Capítulo 91: Marta se encuentra escribiendo en el salón de la casa grande, desahogándose nuevamente en las paginas en blanco de su diario cuando Jaime interrumpe su escritura y la obliga a cerrar el preciado cuaderno. Ambos están más serenos después del encontronazo en el dispensario y Jaime se muestra empático con ella, confesándole que siente envidia de las paginas de su diario porque la conocen mejor que él, a lo que Marta responde que quizás todo sería más sencillo si él un día lo tomara a escondidas y lo leyera, pero su marido le dice que ya sabe que ese no es su estilo. A pesar de haber estado tentado a hacerlo hace pocos días, no se atrevió y no lo haría tampoco en el futuro.

Entonces Marta le dice que tiene que contarle que Fina y ella han decidido cortar todo contacto; sorprendido, Jaime le dice que no es algo que el le haya pedido, pero Marta le afirma que está decidida a ser una esposa ejemplar y salvar su matrimonio, alegando que es lo mejor para todos y que quiere ser feliz a su lado.

Jaime: Pero eso es imposible, Marta. Tú estás enamorada de…

Marta: Déjame que lo intente. Sé que puedo ser una buena esposa, y quiero tener una familia contigo, quiero tener hijos. Sabes que consigo siempre todo lo que me propongo. Puedo ser esa esposa ideal.

Jaime: ¿Harías eso?

Marta: Piénsatelo. Lo único que te pediría a cambio es que olvidases todo esto y que no nos delatases ni a ella ni a mí.

Jaime: ¿De verdad crees que seria capaz de hacer algo así?

Marta: No, pero se puede vivir con miedo. Quiero tener la seguridad. Creo que es lo mejor para nosotros, y dejarla a ella fuera de todo esto.

Jaime: Así que toda esta conversación era por ese motivo.

Jaime se da cuenta de los motivos reales por los que Marta esta dispuesta a tratar de salvar su matrimonio y enseguida lo vemos notablemente afectado, diciéndole a Marta que pensaba estar preparado para esa conversación, pero que no lo está todavía, levantándose y yéndose.

Mas adelante nuestra Fina se encuentra en la cocina con Digna, quien la acompaña mientras sufre por el estado de salud de Isidro que empeora con cada minuto que pasa. Jaime entonces entra en escena confirmándole lo peor, a su padre le quedan pocas horas de vida, con mucha suerte, un día más. El tratamiento experimental está en camino pero se desconoce si llegara a tiempo para ayudar a Isidro, así que Jaime le recomienda que aproveche el tiempo junto a él y se despida antes de que ocurra lo que parece ser inevitable. Fina rompe a llorar desconsolada sintiendo que su peor pesadilla se hace realidad y con la impotencia de no poder hacer nada más por ayudar a su padre.

Capítulo 92: El capítulo empieza con Fina acompañando a su padre en las que parecen ser sus ultimas horas de vida. Isidro se encuentra muy cansado y las fuerzas que le quedan no son suficientes para mantenerse despierto por largos periodos, pero hace un esfuerzo enorme para decirle unas palabras a su hija.

Isidro: Quiero que me prometas una cosa.

Fina: Lo que sea.

Isidro: Que vas a ser valiente, que vas a vivir como desees y vas a amar como sientas. Que no pases por esta vida de puntillas, hija, no lo hagas.

Fina: Ya está, no malgaste fuerzas, por favor.

Isidro: Prométemelo. Prométeme que vas a ser feliz le pese a quien le pese.

Fina: Se lo prometo. Le prometo que lo haré.

Isidro: Estoy agotado.

Fina: Descanse entonces. Descanse usted.

Y se nos rompe el corazón en mil pedacitos cuando Fina llora al ver cómo su padre se va apagando poco a poco y ella solo puede cogerle la mano y acompañarlo hasta que tenga que partir.

En la cocina de la casa grande Marta y Jaime están esperando que Fina aparezca con noticias de Isidro, sabiendo que no queda mucho por hacer más allá de esperar que el tratamiento llegue a tiempo, cosa que, por desgracia, no está en manos de ninguno de ellos.

Jaime: Quiero llamar al doctor Wilde para saber dónde está ese maldito envío que no acaba de llegar.

Marta: Te va a decir lo mismo que te dijeron ayer. Poco pueden hacer desde ahí.

Jaime: Sabía que Isidro estaba mal, pero, te juro que jamás pensé que se precipitaría tanto su muerte.

Marta: No te castigues, has hecho todo lo que estaba en tu mano.

Fina aparece avisándoles que Isidro se ha quedado dormido y entonces Jaime les concede minutos a solas marchándose a vigilar al padre de Fina. Marta enseguida le ofrece la silla a su lado y le pregunta cómo lo está llevando, Fina le cuenta que está un poco más aliviada ahora que se ha despedido de él con una conversación muy bonita. Pero Fina no aguanta más la pena y las lágrimas vuelven a corren por sus mejillas, haciendo que Marta la tome de los brazos en un gesto cariñoso tratando de transmitirle un poco de serenidad.

Fina: Si tu vieras todo lo que me ha dicho ahí dentro.

Marta: ¿Qué te ha dicho?

Fina: Me ha animado a ser valiente y a vivir mi vida sin miedo. Sin cortapisas. Marta y es eso lo que quiero hacer.

Fina pronuncia las últimas palabras con una determinación que hace retroceder un poco a Marta, sabiendo qué rumbo tomarían a continuación.

Marta: ¿A qué te refieres?

Fina: Yo no quiero vivir si no es contigo a mi lado. Quiero que seas mi mujer. Y estoy dispuesta a enfrentarme a lo que sea, a lo que sea, para tenerte a mi lado.

Marta: Te honra que quieras cumplir la promesa que le has hecho a tu padre, pero las dos sabemos que hay cosas que no se pueden conseguir por más voluntad que una le ponga.

Fina: No es voluntad, Marta. Es amor.

Marta que no aguanta más el nudo en la garganta responde con la voz rota: Nuestro amor no está hecho para este mundo. Solo tiene cabida en un lugar donde los sentimientos no se juzguen, y eso solo pasa aquí.

Lleva su mano al lado izquierdo del pecho de Fina donde puede sentir el corazón de la persona que ama -que es el suyo propio- latir.

Marta: Podríamos ilusionarnos unas horas, unas semanas, unos meses… Pero luego la realidad se impondría. Nunca podremos ser libres.

Fina intenta acercarse y tomar la palabra, pero Marta se adelanta.

Marta: Y esto que te estoy contando tú ya lo sabes.

La morena entonces lleva su mano para retirar las lágrimas del rostro de Marta, quien ve a Jaime entrar nuevamente a la cocina, haciendo que Marta tome la mano de Fina y la aparte de su cara con delicadeza y sin soltarla, dejarla sobre la mesa. Jaime no hace ningún comentario al respecto, pero el acercamiento no pasa desapercibido para él. Sin embargo, las noticias que trae para Fina son desgarradoras, Isidro ha entrado en coma y le queda muy poco tiempo.

El capitulo finaliza con Fina acompañando a su padre en sus últimos instantes de vida, Jaime la acompaña como buen médico vigilando en todo momento a su paciente hasta el final, y es cuando Fina aprovecha para disculparse con él por pensar que quería vengarse de ella a través de la salud de su padre; reconociendo que como médico solo buscaba respetar la decisión de su paciente. Jaime le responde que por su parte todo está olvidado y, cuando la conversación parece llegar a su fin, Fina le dice que sabe que le ha hecho mucho daño, Jaime intenta cortar el tema diciéndole que no es el mejor momento, pero Fina está decidida a decir lo que tiene que decir.

Fina: Quiero que sepa que se lo voy a poner muy fácil. En cuanto mi padre muera yo me marcharé de la fábrica.

Jaime: ¿Cómo?

Fina: Yo ya no tengo nada que me retenga aquí. Pero necesito que me prometa una cosa.

Jaime: ¿El qué?

Fina: Que va a hacer feliz a Marta, y que va a conseguir que cada día sonría, aunque sea un poco. Y que va a hacer que se olvide de mí. Prométamelo.

Entonces, ¡ocurre el milagro! Luz, haciéndole honor a su nombre, llega con el tratamiento de Isidro en las manos

Fina no da crédito a lo que está pasando y solo mira como los doctores preparan todo para aplicarle la medicina a Isidro.

Fina: ¿Hará efecto a estas alturas?

Jaime: No lo sé, pero lo vamos a intentar. No está todo perdido, Fina, queda una oportunidad, ten fe.

Capítulo 93: Después de inyectar el medicamento a Isidro solo podían esperar, y es lo que estaban haciendo Marta, Digna, Luz y Jaime al lado de una Fina que no se movía de la silla al lado de su padre. De repente, Fina ve como Isidro mueve los dedos y es señal suficiente para alertarse y hacérselo saber de inmediato a los doctores, quienes se acercaron al paciente para revisar sus vitales y al hacerlo, se dieron cuenta que Isidro estaba reaccionando positivamente al tratamiento saliendo del coma.

Todos estallaron en alegría, sobre todo Fina, quien buscó enseguida la mirada de Marta y no tardó nada en encontrarla pues sus ojos ya reposaban sobre ella, desprendiendo toda la felicidad que le daba no solo que Isidro siguiera con vida, sino lo que eso significaba para el amor de su vida.

Marta: ¡Cómo me alegro, Fina! Voy a avisar a mi padre.

Fina susurra un “Gracias” con tanto amor en los ojos que Luz, quien fue testigo de toda la escena entre ellas, no tardó en atar cabos y sacar conclusiones.

Previamente Jaime le había confesado en el dispensario que Marta estaba enamorada de una mujer

Jaime sale tras Marta y luego de verla colgar la llamada, le pide sentarse junto a él un momento.

Jaime: Desde el primer momento que supe que quería compartir mi vida con alguien, siempre he tenido claro que no necesitaba a mi lado a una mujer ejemplar, solo a una mujer que me amara. Resulta que la vida tiene un curioso sentido del humor y me ha hecho ver la realidad. Y la realidad es que he visto cómo miras a Fina, como os abrazáis con la mirada. ¿Y sabes qué es lo que más me ha llamado la atención?

Marta negó suavemente con la cabeza sin decir una palabra.

Jaime: Lo que no habéis podido deciros, lo que no habéis podido hacer, ese abrazo que no habéis podido daros cuando Isidro ha salido del coma. Y ahí he sido consciente de que a mí nunca me mirarías así. La conexión que tienes con Fina no la tienes conmigo.

Marta: Nosotros tenemos otras cosas, Jaime.

Jaime: Una mirada, marta. Os habéis dicho todo con una mirada. Y he entendido que tu naturaleza es la que es y yo no tengo ningún derecho a obligarte a ser alguien que no eres. Quiero que seas feliz. Pero no podemos separarnos.

Marta: Entonces ¿qué hacemos?

Jaime: Aparentar que todo sigue bien entre nosotros.

Marta: ¿Cómo?

Jaime: Seguir juntos de cara a los demás, mantener las apariencias, pero con honestidad. Me gustaría pedirte que de puertas adentro nos permitiéramos buscar nuestra propia felicidad por separado, con cariño y respeto. Yo estoy dispuesto a hacerlo.

Marta: ¿Estás hablando en serio?

Jaime: ¿No te parece bien?

Marta: Solo que… no me lo esperaba. ¿Qué te ha hecho llegar a esta propuesta?

Jaime le confiesa que no lo tiene claro, pero que la enfermedad de Isidro puede que le haya ver que la vida es muy corta como para malgastarla siendo infelices; Marta le da la razón emocionada.

Jaime: Marta no me voy a oponer a tu relación con Fina… si es lo que quieres.

Marta trata fallidamente de controlar la emoción que está sintiendo. Quizás porque no se lo termina de creer. Quizás porque no está acostumbrada a que la vida le ponga en sus manos la llave de tan ansiada libertad. Al menos, la de una de sus tantas jaulas.

Jaime se despide de ella quedando en verse a la hora de la cena, se levanta y cuando está por salir del salón, Marta pronuncia su nombre haciendo que su marido y amigo se frene, solo para alcanzarlo con un abrazo profundo al que Jaime le cuesta unos segundos responder. Lo abrazó con la fuerza de quien se ha soltado las muñecas de un agarre que le hacía tanto daño. Y le agradeció mientras lloraba de felicidad por sentirse libre por primera vez en su vida.

Marta: Gracias… Mil gracias.

Capítulo 94: Isidro se recupera a un ritmo sorprendente y ya ha podido levantarse de su cama a la terraza donde Fina le ayuda a afeitarse y le pide que se tome las cosas con más calma, parándole los pies al hombre que ya piensa en reincorporarse al trabajo. Por suerte, Marta aparece para darle la razón y decirle que confíe en Fina.

Marta: Confíe en ella. Sabe lo que hace.

Isidro: Dos contra uno.

Esta vez es Jaime quien llega para preguntarle a Isidro cómo se siente y terminar de inclinar la balanza a las chicas.

Jaime: Tenga paciencia, pronto recuperará su vida.

Isidro: Hala, tres contra uno. Vamos, hija.

Los Valero se retiran y Jaime encuentra el momento perfecto para preguntarle a Marta por cómo van las cosas con Fina, pero Marta le dice que no le contará su acuerdo con él ya que nada cambiará entre ellas, y cuando Jaime trata de preguntar por qué, Marta levanta un muro y se pone a la defensiva alegando que no tiene por qué darle explicaciones y que prefiere que su vida privada se mantenga así.

Más tarde vemos a Marta encontrarse con Jaime en el salón de la casa grande, queriendo disculparse por sus respuestas anteriores e invitándolo a hablar con ella para poder explicarse mejor.

Marta: No me gusta hablar de Fina.

Jaime: Siento haber sacado el tema.

Marta: No, no es culpa tuya. No me gusta hablar de ella porque es un callejón sin salida.

Jaime: Espera que no acabo de entenderlo, Marta. ¿Me estás diciendo que vas a renunciar a tu relación con Fina ahora que tienes vía libre?

Marta: ¿Vía libre, dices?

Jaime: Sí, ese fue nuestro acuerdo.

Marta: Puede que tenga vía libre contigo, pero ahí fuera hay todo un mundo del que tengo que continuar escondiéndome.

Jaime: Me temo que eso no parece que vaya a cambiar.

Marta: Precisamente. Por eso no le he contado nada a Fina. Lo nuestro ya está zanjado aski que… Es lo mejor.

Jaime: No, Marta, no me gusta oírte hablar así. Tú eres una luchadora.

Marta: Una relación clandestina siempre sale mal. ¿Y cuánto tardaría yo en agobiarme por si nos descubren o en echarnos para atrás por miedo? Peor todavía, en hacerle daño.

Jaime: La quieres de verdad.

Marta: Me hacía feliz.

Jaime: ¿Y de verdad vas a renunciar a esos momentos felices?

Marta: Esos momentos eran una ilusión.

Jaime: No, lo que es una ilusión es creer que vas a ser feliz rechazando el amor de tu vida.

Jaime, quien es la primera persona con la que Marta se atreve a hablar de Fina, le dice que ha visto cómo la mira, porque el solía mirarla así, entonces Marta le pide disculpas una vez más por no poder corresponderle, pero Jaime se sigue concentrando en Marta.

Jaime: ¿De verdad quieres renunciar a todo?

Marta: Nuestro acuerdo consistía en ser libres para hacer lo que quisiéramos, ¿no?

Jaime asiente escuchándola con atención.

Marta: Pues esto es lo que quiero.

Jaime: Está bien, si lo tienes tan claro, adelante.

Antes de despedirse Marta le agradece por escucharla y Jaime también le agradece por confiar en él.

Ahora sí, empezamos a ver la luz al final del túnel, y no solo porque nos acercamos al 120 y posiblemente para entonces, estarán juntas, sino también porque Marta por fin puede sentirse libre al menos, de cara a Jaime.

Quizás para el día del orgullo esperábamos una reconciliación entre Fina y Marta, pero que lo que hayamos tenido en cambio, sea la escena donde Marta por fin tiene el poder de decidir sobre su vida – estemos o no de acuerdo con ella – y que tenga a alguien con quien hablar de sus sentimientos por Fina y de la persona que realmente es, me parece precioso. Porque ver a Marta liberarse de al menos una de las cadenas que le impiden levantar el vuelo, es completamente liberador.

Lo que le regaló Jaime no es solo la posibilidad de estar con Fina, es la llave de un cerrojo que ella puede abrir o no. El poder de decidir. Es el regalo que jamás le habían hecho a Marta, darle libertad. Pero, si has sido un pajarito al que le han cortado las alas y lo han condenado a vivir toda su vida en una jaula, ¿saltarías al vacío apenas vieras la puerta de tu jaula abierta por primera vez en tu vida o te quedarías observando el paisaje pensando en todas las amenazas a las que vas a tener que enfrentar ahí fuera? Es exactamente lo que sucede con Marta. No solo tiene que aprender a volar, tiene que aprender a andar fuera de una jaula donde se encontraría totalmente expuesta, y lo que aumenta exponencialmente sus miedos es el terror de que Fina también pueda salir lastimada.

Pero sabemos que finalmente Marta lo conseguirá, y no solo por su amor por Fina, sino porque acabará ganando su convicción de querer ser valiente y echar a volar. Estoy completamente segura de ello.

¿Qué nos deparará la siguiente semana? No tenemos ni idea porque con esta novela es muy difícil acertar cualquier teoría, pero al menos sabemos que Fina no llorará la muerte de su padre y que Marta no tendrá que esforzarse más por hacer el papel de esposa perfecta. Esta semana nos trajo pequeñas victorias y creo que de aquí en adelante – aunque quizás tengamos una minicurva antes – solo nos vamos a acercar a la reconciliación de nuestras Mafin.

 

Hasta aquí la sexta edición de los ResuMafin, nos leemos la próxima semana, Mafiners 🧁

 

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