Mr Kilombo: juerga y ritmo en Sevilla
2 de abril de 2023Mr Kilombo ofreció el pasado sábado un concierto en Sevilla en el que presentó su disco «Cortocircuitos»
A las diez de la noche del pasado uno de abril, mientras algunos en la ciudad disfrutaban de los últimos coletazos del sábado de pasión, otros aguardaban la aparición de Miki Ramírez, más conocido como Mr. Kilombo. La Sala Malandar esperaba la llegada del cantautor, que se encuentra recorriendo España con su gira 2023 en la que presenta su disco «cortocircuitos».
Pocos artistas consiguen que el público comience a bailar incluso antes de la actuación. Si tuviésemos que hacer una lista, Mr. Kilombo estaría entre ellos.
De fondo, temas como «Felicidad» de La Cabra Mecánica «El aire de la calle» de Los Delinqüentes animaban a los asistentes más puntuales. Comenzaba así a germinar la semilla de lo que prometía ser una auténtica fiesta.
Diez minutos después de la hora estipulada para el comienzo, las luces se diluían anunciando el comienzo de la actuación. Miki Ramírez y su banda aparecían en el escenario con la percusión creando un latido común y agradeciendo que, apenas cinco meses después tras su último espectáculo en el mismo lugar, el local había vuelto a llenarse con un público deseoso de verlos actuar. Con camisas estampadas y vaqueros, casi a modo de uniforme, el grupo daba las buenas noches a Sevilla con «Por su camino», un tema que construyó junto a Macaco, con quien colaboró en sus inicios.
Aunque la cara más conocida de Mr. Kilombo sea Miki Ramírez, la compenetración entre el grupo es fácil de percibir. Funcionan como uno solo. Se nota. En las miradas cómplices. En los movimientos coordinados entre canción y canción. Por ello, el artista dedicó varios espacios a lo largo de la actuación para reconocer el trabajo de sus compañeros.
Tal vez por eso, el concierto que tuvo lugar anoche en la calle Torneo fue, más que una actuación, una reunión entre amigos. Una fiesta en la que la risa, el baile e incluso los saltos eran inevitables. El ritmo de temas como «Contra Todo Pronóstico», «Una Canción Nada Más» o «Reconciliarme con el amor» transcurría de forma circular del escenario a la pista y viceversa. Se contagiaba por el aire. Casi sin remedio. El ambiente que logra Mr. Kilombo es difícil de describir si no has estado allí. Por eso, como no es lo mismo contarlo que vivirlo, os ofrecemos un pequeño fragmento de la atmósfera que se respiró ayer en Sevilla.
Sin embargo, a pesar del clima festivo que rodeó a la noche, una pausa melancólica hizo su aparición con la llegada de «Sinmigo». Dedicado a aquellas veces en las que es mejor soltar con fuerza que retener, el tema supone uno de los más conocidos del artista. Por eso, con los primeros acordes, llega un silencio que augura la espera de una letra que todos los presentes conocían y habían sentido alguna vez. Los abrazos entre amigos. Alguna lagrimilla fugitiva. Los ojos cerrados con fuerza y el nudo en la garganta. «Sinmigo» regaló al público uno de los momentos más íntimos de la velada. «Después de la noche tan animada que llevamos, que ocurra este silencio de repente es algo de agradecer. Es una muestra de respeto hacia la música», afirmaba el artista aún conmocionado por el momento.
Después, vuelta a la dinámica. Con «Tal como vino» la rumba se apoderaba de la sala dando voz a los besos que nos guardamos. Los que damos en aquellas noches en las que no caben promesas. Los que se van, tal y como vienen. Con «Trampas», los dedos al cielo casi acusatorios clamaban contra ser lo que no somos. Contra los escondrijos y las máscaras. Junto a «Ambivalencia», un tímido coro confesaba el miedo a lanzarnos al vacío. A enamorarnos cuando no queda otro remedio. A las primeras veces. Casi un ruego a dejar girar la rueda cuando la razón dice lo contrario.
Como no podía ser de otra manera, el concierto finalizaba con «Invencibles», una melodía que llegó por sorpresa y que animó al público cuando ya daban por finalizada la función. Un tema con el que los asistentes pudieron salir con ganas de volver. Por eso, desde aquí, esperamos que Mr. Kilombo no deje de ser nunca un poco «Cabecita Loca» y no pare, ni aunque sea un rato, de hacernos sentir como sólo él sabe hacerlo.
